Establecimiento
Alimentos de Soja
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EDITORIAL
FUSIONES Y
ADQUISICIONES DEL MES
DOCTRINA
EL ROL DEL MICROEMPRENDEDOR
Por Maricel Verhaeghe (*)
Uno de los grandes desafíos que presentan los países emergentes, en
especial los de América Latina, consiste en la necesidad de desarrollar una cultura
profesional del proceso emprendedor, ya que el emprendimiento es un
motor importante del crecimiento económico y la creación de empleos.
La importancia de los micro y pequeños emprendimientos productivos es hoy reconocida en
todos los ámbitos institucionales y privados.
La crisis que actualmente atraviesa nuestro país, hace que las microempresas sean
consideradas una posibilidad para disminuir el desempleo estructural a pesar de ser un
sector productivo postergado; como así también se reconoce la importancia que estas
unidades de producción tienen sobre la conformación del Producto Nacional Bruto.
Al ser flexibles y creativas a las necesidades cambiantes de la demanda, las microempresas
se constituyen en el semillero de nuevas generaciones de empresarios; es decir,
emprendedores dispuestos a asumir riesgos con sus propios recursos e impulsados a una
labor creativa de producir bienes y servicios para la sociedad.
No obstante sus limitaciones, el microempresario debe ser capaz de actuar con métodos y
de generar sistemas internos para lograr tomar decisiones con una adecuada utilización de
los recursos. Con lo que podemos reflejar que la microempresa debe estar gestionada y que
esto es independiente de su tamaño.
La voluntad de llevar adelante un proyecto es el factor que más a menudo se advierte como
requisito básico, dado que han sido capaces de crear mecanismos de administración y de
dirección, y han demostrado tener capacidad para enfrentar momentos de incertidumbre.
¿Qué conceptos debe tener en claro básicamente el
microempresario para la formulación y el funcionamiento de un emprendimiento?
En general debe conocer:
Qué es una empresa y cuál es su papel como empresario.
Ser consciente de que su labor no consiste tan sólo en producir y
vender, sino que hay todo un conjunto de acciones que son necesarias, y que el logro final
depende del conjunto de esas actividades.
Por lo cual debe formarse y asesorarse en cuestiones de:
-Contabilidad: llevar un balance que brinde información
acerca de la situación de la empresa para tomar decisiones prácticas, conocer la
rentabilidad del negocio así como los instrumentos que permitan prever necesidades de
fondo.
-Costos: llevar algún tipo de control de costos para poder, entre otras
cosas: planificar la inversión en capital de trabajo en función de un aumento de la
producción; averiguar el punto de equilibrio para conocer cuántos bienes o servicios
debe facturar mensualmente para cubrir los costos fijos; ahorrarse sorpresas de iliquidez
financiera, así como conocer la evolución de los gastos en función de sus ventas y
prever las necesidades operativas de fondo en función de la producción.
-Finanzas: implementar un sistema de control para la gestión del dinero
para disponer de liquidez, aprovechar en su favor esos desfasajes y sacar algún
rendimiento.
-Comercialización: informarse acerca de sus clientes (de sus gustos y de
si logran satisfacer sus expectativas) para poder hacer campañas de promoción y
publicidad atractivas, de manera que sirva para captar a actuales y potenciales clientes.
-Gestión Empresaria: analizar el entorno y posicionarse como
microempresa para conocer sus puntos fuertes y así obtener ventajas competitivas.
-Producción: cómo mejorar en eficiencia productiva, cómo reducir al
mínimo el stock, el capital de trabajo necesario, como así también capacitarse en temas
de control.
-Recursos Humanos: tener una buena organización de los recursos humanos,
lo cual implica tener divididas las funciones dentro de su empresa, organizar al personal
previo conocimiento de cada uno de manera tal que cada uno haga el mejor uso de su tiempo,
crear un ambiente de confianza para poder delegar; ya que todas estas son cuestiones que
influyen en la rentabilidad final del negocio.
-Proceso de toma de decisiones: capacitarse en este aspecto de manera que
pueda analizar y decidirse por la alternativa que más le convenga, aún corriendo un
riesgo.
-Aspectos legales: buscar asesoramiento para comprender los
procedimientos que debe seguir ya sea en cuestiones laborales, societarias, tributarias,
etc.
Es decir, quien encare un proyecto necesita profundizar su comprensión del proceso
emprendedor, sus problemas y del manejo de su puesta en marcha; y a su vez debe
lograr decidir minimizando la incertidumbre, a través de la utilización de los conceptos
mencionados.
Cabe reconocer que iniciar un nuevo negocio no es tarea fácil; el microemprendedor
además de poseer un perfil adecuado, necesita una formación y cierto perfeccionamiento
para calificarse y poder llevar adelante un emprendimiento; como así también necesita
tener un concepto claro en cuestiones de gestión interna para poder tomar decisiones en
cuanto a la nueva estrategia de su empresa en el entorno económico, y alcanzar con éxito
el desarrollo de la misma.
Por ello es importante que el microemprendedor se
concientice del rol que ocupa como uno de los actores principales dentro del proceso de
recuperación económica y social.
(*) maricelver@ciudad.com.ar
NdelR: Nuestro próximo Columnista será el Dr. Emilio Sánchez García.
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